17 jul 2011

Masaje a un fisio en la piscina... (para C.M.)

Tumbado bocabajo junto a mi en la toalla te imagino.
Beso tus pies, planta y empeine, y mis pulgares bailan en ellos buscando tu relax.
Suben mis manos por tus gemelos y muslos notando la suave dureza de tu carne.
En las nalgas cubiertas me detengo, las presiono y anhelo el calor que desprenden.
Entro en tu espalda, cada mano alineada a un lado de tu espina, nunca sobre ella.
Amaso varias veces hasta el omóplato, y mis labios y mi lengua envidian el camino de mis manos por lo que deciden hacer uno propio sobre las leves cimas de tu columna.
En los hombros dudo.
Tú has aprendido a tratar dolencias con tus manos, las mías solo intentan relajar y temo parecer inútil y ridículo.
Amaso, fricciono, estiro, incido en los pliegues y las hendiduras.
Acaricio tu nuca y llego a tu oído, donde tan solo sé decirte...

Empieza a llover. Desapareces. Una pequeña lágrima se une con el húmedo suelo mientras recojo mis cosas.