2 dic 2008

La caricia del escorpión

Cuenta la leyenda que un día estaba un escorpión acechando a la orilla del río cuando una rana surgió del agua.
-Hermosa rana, ¿serías capaz de trasladarme al otro lado del río?
-Vil escorpión, ¿crees que voy a arriesgarme a montarte en mi espalda para que me piques con tu afilada uña, me envenenes y muera?
-Pero, ¿acaso no ves que si te picara mientras cruzamos el río moriría yo también?
Antes este razonamiento, la rana acepto montar al escorpión sobre su espalda para ayudarle a cruzar el río. Sin embargo, cuando estaban en el centro de la corriente, en lo más profundo, el escorpióc hirió con su aguijón a la rana, que empezó a hundirse en las aguas.
-¿Por qué lo hiciste? Ahora moriremos los dos.
-Lo siento, no pude evitarlo. Es mi naturaleza...


Dicen que los escorpiones se suicidan cuando no ven salida ante un depredador, que se clavan su propio aguijón. Dicen que a los escorpio nos rige la octava casa lunar, la de la muerte, entendida como cambio y renovación, como creación reformadora o destrucción creadora. Dicen tanto...
Ahora soy yo, un escorpio, un escorpión a veces hastiado de la realidad, el que tendrá aquí su lugar de inmolación, de katarsis, de liberación; el que expondrá sus pensamientos y creaciones, antiguas o nuevas en esta oportunidad de expresión y desahogo llamada blog.